No se asuste por la longitud del nombre, por lo general característica típica húngara. Verlo cocinar a la parrilla y luego probarlo cuando aún está al vapor es una de las experiencias gastronómicas más bellas y deliciosas que puede vivir en Hungría. El kürtőskalács, literalmente “pastel con chimenea”, es uno de los dulces magiares más antiguos. Sus rastros abundan en la Transilvania medieval.

Así es, el kürtőskalács es originalmente un dulce de Transilvania, y en particular de los valles llamados “Tierra de los Siculos” en los Cárpatos orientales. Valles que hasta hoy han sido habitados por pueblos antiguos. Desde la Transilvania húngara, el postre se ha extendido rápidamente por toda Europa Central. El “pastel con chimenea” húngaro, un nombre derivado de su forma típica, es un dulce que enamora a los turistas. Tiene forma de chimenea, con masa enrollada y cubierta con azúcar caramelizada. Se cocina al momento en pequeños puestos, especialmente en fiestas y mercados al aire libre, pero ahora es posible encontrarlo en Budapest, incluso en tiendas pequeñas y establecimientos. Es un postre típico de invierno, pero es tan delicioso que se come durante todo el año.

kurtoskalacs_2-mti.jpg

Crujiente por fuera, suave por dentro, una vez preparado, el pastelero le preguntará cómo lo quieres. Y aquí los sabores pueden variar desde los más clásicos: vainilla, nueces y canela, hasta el coco más exótico.

Ahora es el momento de comerlo, tal vez mientras todavía esté al vapor. La masa se desenrolla de la chimenea y se puede disfrutar tranquilamente mientras se camina por las calles de Budapest.

El precio de un kürtőskalács en Budapest puede variar de 1 a 7 euros (de 300 a 2.000 florines) según el tamaño y el lugar donde lo compre.

Desde Octubre en Budapest hay el Festival del kürtőskalács, en este enlace todas las informaciones: kürtőskalácsfesztival.